Navega con éxito el proceso de despacho aduanero en Estados Unidos

En los últimos meses, importar mercancías a Estados Unidos se ha convertido en una travesía aún más compleja de lo habitual. A las tradicionales dificultades asociadas al cumplimiento aduanero, la gestión documental y la correcta clasificación arancelaria, se suma ahora la incertidumbre derivada del nuevo paquete de aranceles impuesto por el gobierno estadounidense a partir del 4 de marzo de 2025. Con incrementos del 25% para productos procedentes de México y Canadá, y del 20% para bienes importados desde China, los flujos logísticos globales vuelven a tambalearse, forzando a empresas exportadoras y operadores logísticos a revisar, adaptar y optimizar sus estrategias.

Este nuevo contexto de guerra comercial ha devuelto al primer plano la necesidad de entender a fondo los requisitos del despacho aduanero en EE. UU., así como de reforzar las políticas internas de cumplimiento para minimizar riesgos, costes y demoras. Si tu negocio depende del transporte marítimo internacional y exportas de manera regular al mercado estadounidense, es momento de actuar. Aquí te explicamos por qué.

Un laberinto de regulaciones en un entorno arancelario hostil

Estados Unidos es uno de los destinos con mayor carga regulatoria para las importaciones. La Customs and Border Protection (CBP), agencia responsable de velar por la seguridad nacional y los intereses económicos del país, no solo supervisa que los bienes importados cumplan la normativa vigente, sino que también recauda derechos, impuestos y aranceles, además de bloquear productos potencialmente peligrosos, fraudulentos o ilegales.

Con los nuevos aranceles en vigor y el endurecimiento de controles fronterizos, el margen de error se ha reducido al mínimo. Los errores habituales —como clasificar incorrectamente una mercancía en el Harmonized Tariff Schedule (HTSUS), presentar documentación incompleta o no respetar los plazos del Importer Security Filing (ISF)— no solo provocarán retrasos, sino también sanciones económicas severas que, en un contexto de costes disparados, podrían poner en jaque la rentabilidad de una operación completa.

Para hacernos una idea del impacto, recordemos que una sanción por ISF fuera de plazo puede ascender a 5.000 dólares por infracción. Si a esto le sumamos los incrementos arancelarios y los gastos adicionales derivados de inspecciones y almacenajes, hablamos de cifras que pueden arruinar el margen de cualquier envío.

Asegurar el cumplimiento aduanero integral

El núcleo del problema está claro: no basta con enviar mercancía; hay que hacerlo bajo una estrategia de cumplimiento aduanero impecable, anticipando posibles incidencias y asegurando que cada documento y cada código arancelario estén correctamente definidos. Solo así se puede evitar el efecto dominó que generan los errores: demoras, inspecciones, multas y sobrecostes logísticos.

Esto es especialmente relevante para mercancías procedentes de países afectados por los aranceles adicionales, como Canadá, México y China, cuyos envíos son ahora objeto de un escrutinio reforzado. Las empresas que no adapten sus procedimientos corren el riesgo de sufrir bloqueos en puertos, cargas retenidas o incluso decomisos.

Anticipación, diversificación y asesoramiento experto

Frente a este escenario, hay tres estrategias esenciales para cualquier exportador o transitario:

  • Preparación documental exhaustiva: Antes de que la mercancía salga del país de origen, asegúrate de contar con una Factura Comercial precisa, un Conocimiento de Embarque completo, el ISF presentado en plazo y, si corresponde, un Certificado de Origen válido que permita acceder a posibles ventajas arancelarias a través de acuerdos como el USMCA.
  • Revisión y clasificación arancelaria rigurosa: El HTSUS debe ser tu mejor aliado. Una clasificación errónea no solo te expone a pagar de más, sino a sanciones y retrasos por subdeclaración o sobrevaloración.
  • Diversificación de rutas y mercados: Dada la volatilidad actual, replantea tus destinos y proveedores. Evitar la sobreexposición a EE. UU. o a países con conflictos comerciales abiertos puede reducir riesgos. Además, contar con partners logísticos especializados como KG Logistics permite acceder a asesoramiento experto y evitar errores críticos.
  • Optimización fiscal y aduanera mediante Incoterms: Elegir términos de compraventa como DDP (Delivered Duty Paid) o EXW (Ex Works) marcará la diferencia en quién asume los costes, las gestiones y los riesgos asociados al despacho aduanero. Evalúa cada operación en función del perfil de tu empresa y del cliente.

Navegar el nuevo orden comercial exige precisión quirúrgica

La era del despacho aduanero sencillo ha quedado atrás. Hoy, cualquier empresa que quiera exportar a Estados Unidos debe operar con una mentalidad de precisión absoluta y actualización constante. Los nuevos aranceles, las represalias comerciales y el endurecimiento de los controles fronterizos son solo una parte del problema. La otra está dentro de casa: la capacidad de tu organización para adaptarse, mejorar sus procesos y trabajar con los mejores aliados.

No te la juegues. Este es el momento de revisar tus procedimientos, auditar tus envíos y blindar tu operativa. Porque, mientras los gobiernos juegan su partida geopolítica a golpe de aranceles, somos las empresas y los consumidores quienes acabamos pagando la factura.