En el transporte marítimo internacional, hablar de precios no es quedarse solo en un número. Detrás de cada variación hay patrones logísticos que afectan directamente a cómo las empresas gestionan su cadena de suministro. La inteligencia de mercado no solo sirve para negociar con navieras: es una brújula que orienta decisiones clave sobre inventarios, almacenamiento y distribución.
Imagina que los datos del mercado anticipan una subida de nolis en las próximas semanas. Una empresa que sigue estas señales puede optar por agrupar envíos o importar stock adicional antes de que los costes se disparen. Así, asegura tarifas más competitivas hoy y se protege de pagar más mañana. Esta estrategia le permite mantener inventarios más sólidos y dar continuidad a sus operaciones, incluso en un contexto de tarifas alcistas.
Por el contrario, cuando los indicadores apuntan a una caída de precios, la reacción es muy distinta. En lugar de cargar grandes volúmenes de golpe, resulta más ventajoso optar por envíos más pequeños o incluso just-in-time, reduciendo los costes de almacenamiento en destino y evitando inmovilizar capital en exceso. En ambos escenarios, la clave es la misma: adaptar el calendario y el volumen de los envíos a lo que marcan las tendencias de mercado.
Este conocimiento aporta flexibilidad operativa. Permite equilibrar la frecuencia de los embarques, dimensionar el inventario de forma más eficiente y ajustar la logística a las condiciones externas. De esta manera, las empresas no solo contienen sus costes, sino que también garantizan un nivel de servicio fiable para sus clientes, incluso cuando el mercado atraviesa turbulencias.
- Empresas estadounidenses adelantando envíos navideños: Grandes minoristas como Walmart y Target han movido sus embarques para la temporada navideña entre abril y mayo, en lugar del periodo habitual de julio a octubre, para adelantarse al aumento de tarifas provocado por los ataques en el Mar Rojo y evitar rupturas de stock.
- Pepco Group adelantando envíos navideños desde China: El grupo minorista Pepco (con marcas como Pepco, Poundland y Dealz) ha adelantado sus envíos hasta 2-3 semanas antes, registrándolos en su balance en septiembre en lugar de octubre, para adelantarse a retrasos logísticos ligados al Canal de Suez.
- Kingfisher anticipa envíos navideños 6 semanas antes: El dueño de B&Q y Castorama ha importado productos navideños como iluminación y decoración hasta seis semanas antes de lo habitual para garantizar disponibilidad pese a las interrupciones en la cadena de suministro.
- Planificación anticipada ante el Año Nuevo Chino: Según Freightos, lo habitual es colocar pedidos con 4-6 semanas de antelación antes del cierre de operaciones por el Año Nuevo Lunar. Ascent Logistics añade que se aconseja planificar con al menos 3-4 semanas de anticipación, dado que fábricas y puertos ralentizan o paran hasta dos semanas antes del festival.
¿Quién dentro de la empresa se encarga de estas decisiones?
- En la mayoría de compañías, esta responsabilidad recae en el supply chain manager, que coordina precios, inventarios y calendarios de envío.
- En empresas con gran volumen de comercio exterior, suele ser el responsable de logística internacional, apoyado en índices como el SCFI, el FBX o el XSI.
- En grandes corporaciones, esta función se reparte entre equipos de procurement logístico y transport managers, que negocian directamente con navieras y transitarios.
- En pymes, es habitual que el director de operaciones o incluso el propio gerente tome estas decisiones, en muchos casos con el asesoramiento de transitarios que aportan visibilidad del mercado.
¿Cómo impacta en las entregas al cliente?
Cuando la planificación se hace con datos y de forma anticipada, los clientes apenas notan las oscilaciones del mercado. La empresa logra entregar en tiempo y forma, manteniendo la fiabilidad de sus compromisos comerciales.
Al contrario, si no se anticipa y se enfrenta a subidas repentinas de precios o congestiones portuarias, las entregas pueden retrasarse o encarecerse. Esto no solo afecta al coste, sino también a la confianza del cliente. Por eso, conocer las tendencias no es un ejercicio financiero aislado: es una herramienta que protege la relación con el mercado y la experiencia final del comprador.
Conocer y anticipar la evolución de las tarifas transforma la cadena de suministro en un sistema mucho más ágil y resistente. En un sector donde la volatilidad es la norma, quien domina la información no solo ahorra costes, también asegura que sus clientes reciban la mercancía a tiempo, reforzando así la competitividad y la confianza en la marca.