La Organización Marítima Internacional (OMI) ha tomado una decisión crucial: expandir su Zona de Control de Emisiones (ECA) para abarcar también el Mar Mediterráneo, un importante centro de comercio marítimo que representa el 20% del comercio mundial. Esta decisión, enmarcada en la Regla 14 del Anexo VI del Convenio MARPOL, entrará en vigor a partir del 1 de mayo de 2025, convirtiendo al Mediterráneo en la quinta zona del mundo reconocida como ECA. Pero, ¿qué implicaciones tendrá esta decisión para las empresas de transporte marítimo y para las que utilizan sus servicios para importar y exportar mercancías?
El objetivo principal de esta medida es incentivar el uso de combustibles con menos emisiones y mejorar la calidad del aire a nivel regional y local. Para ello, a partir de la citada fecha, se restringirá el contenido de azufre en los combustibles utilizados por los barcos que operan en esta área. Como alternativa, podrán usar sistemas de limpieza de gases de escape, conocidos como ‘scrubbers’. En concreto, los barcos deberán usar combustible con un contenido de azufre no superior al 0,10%.
¿Y qué significa esto para las compañías navieras y las empresas que dependen del transporte marítimo para sus operaciones de exportación e importación? En primer lugar, es probable que implique un aumento en los costos operativos si quieren cumplir con el requisito de usar combustibles de bajo contenido de azufre. Esto puede significar que los clientes tendrán que contribuir a este costo adicional, como ha ocurrido históricamente con otras regulaciones. Por ejemplo, MSC ya ha anunciado que resolverá el incremento de los costos operativos a través de un cargo por emisiones que cubrirá la zona mediterránea.
Además, la implementación de esta normativa será aplicable a cualquier carga dentro de la zona ECA mediterránea a partir del 1 de mayo de 2025. Otras compañías importantes como CMA-CGM y ONE también han anunciado que introducirán recargos para cubrir los costos asociados al uso de combustibles de bajo contenido en azufre y otras medidas medioambientales.
Ante este panorama, ¿qué pueden hacer las empresas? Una posible solución es considerar la posibilidad de colaborar con compañías de transporte marítimo, como Kokargo, que tienen una vasta experiencia en el sector y están comprometidas con prácticas sostenibles. Estas compañías pueden ayudar a las empresas a navegar por las complejidades de las nuevas regulaciones y a implementar soluciones que cumplan con las normas sin comprometer la eficiencia de sus operaciones de importación y exportación. ¿Estás listo para el cambio?