El transporte marítimo moviliza aproximadamente el 80% del volumen total de mercancías a nivel global. Dentro de este espectro, las mercancías peligrosas ocupan un lugar destacado, representando alrededor del 10% de los bienes transportados por mar. La correcta identificación y manejo de estas mercancías es esencial para garantizar la seguridad de las tripulaciones, los buques y el medio ambiente. Para las empresas que exportan productos clasificados como mercancías peligrosas, es esencial invertir en formación especializada para su personal, garantizar un embalaje adecuado y asegurarse de que la documentación esté completa y correcta. El incumplimiento de estas normativas no solo pone en riesgo la seguridad, sino que también puede conllevar sanciones legales y afectar negativamente la reputación de la empresa en el mercado internacional.
La Organización Marítima Internacional (IMO, por las siglas en inglés de International Maritime Organization) ha establecido una clasificación detallada que divide las mercancías peligrosas en nueve clases principales, cada una con características y riesgos específicos:
Clase 1: Explosivos
Incluye sustancias y artículos que presentan un riesgo de explosión masiva, proyección de fragmentos o efectos de incendio. Ejemplos comunes son dinamita, fuegos artificiales y municiones. El manejo inadecuado de estos materiales puede desencadenar explosiones catastróficas, por lo que su transporte requiere medidas de seguridad extremas.
Clase 2: Gases
Se subdivide en:
- 2.1 Gases inflamables: como el propano y el butano, que pueden formar mezclas explosivas con el aire.
- 2.2 Gases no inflamables y no tóxicos: como el nitrógeno y el dióxido de carbono, que pueden desplazar el oxígeno y causar asfixia en espacios confinados.
- 2.3 Gases tóxicos: como el cloro y el amoníaco, que representan riesgos graves para la salud humana en caso de fuga.
Clase 3: Líquidos inflamables
Comprende líquidos con puntos de inflamación bajos, como la gasolina, el etanol y la acetona. Estos líquidos pueden emitir vapores que, al mezclarse con el aire, forman atmósferas explosivas, aumentando el riesgo de incendios a bordo.
Clase 4: Sólidos inflamables; sustancias susceptibles de combustión espontánea; sustancias que, en contacto con el agua, desprenden gases inflamables
Esta clase se divide en:
- 4.1 Sólidos inflamables: como el fósforo rojo y el azufre, que pueden encenderse fácilmente por fricción.
- 4.2 Sustancias susceptibles de combustión espontánea: como el fósforo blanco, que puede inflamarse al contacto con el aire.
- 4.3 Sustancias que, en contacto con el agua, desprenden gases inflamables: como el sodio y el potasio, que reaccionan violentamente con el agua produciendo hidrógeno.
Clase 5: Sustancias comburentes y peróxidos orgánicos
Incluye:
- 5.1 Sustancias comburentes: como el nitrato de amonio, que pueden provocar o intensificar incendios al liberar oxígeno.
- 5.2 Peróxidos orgánicos: como el peróxido de metiletilcetona, que son térmicamente inestables y pueden descomponerse explosivamente.
Clase 6: Sustancias tóxicas y sustancias infecciosas
Se clasifica en:
- 6.1 Sustancias tóxicas: como el cianuro de potasio, que pueden causar daños graves o la muerte si se inhalan, ingieren o entran en contacto con la piel.
- 6.2 Sustancias infecciosas: como muestras de virus o bacterias patógenas, que pueden propagar enfermedades en caso de liberación.
Clase 7: Materiales radiactivos
Incluye materiales que emiten radiación ionizante, como el uranio y el plutonio. La exposición indebida a estos materiales puede tener efectos nocivos graves para la salud y el medio ambiente.
Clase 8: Sustancias corrosivas
Comprende sustancias que pueden causar destrucción de tejidos vivos o dañar gravemente otras cargas y la estructura del buque. Ejemplos incluyen el ácido sulfúrico y el hidróxido de sodio.
Clase 9: Sustancias y artículos peligrosos diversos
Esta categoría abarca sustancias que presentan peligros durante el transporte pero que no encajan en las clases anteriores, como el hielo seco, los chalecos salvavidas con botellas de gas y las baterías de litio.
El transporte de estas mercancías peligrosas tiene implicaciones significativas en el ámbito del comercio internacional. Un manejo inadecuado puede resultar en accidentes graves, pérdidas económicas y daños ambientales. Por ello, es imperativo que las empresas exportadoras identifiquen correctamente la clase de peligro de sus productos y cumplan estrictamente con las regulaciones establecidas en el Código Marítimo Internacional de Mercancías Peligrosas (Código IMDG).
En Kokargo, con más de tres décadas de experiencia en el sector, comprendemos la importancia de un manejo seguro y eficiente de las mercancías peligrosas. Ofrecemos soluciones logísticas adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente, asegurando el cumplimiento de todas las normativas internacionales y promoviendo prácticas que garantizan la seguridad y la protección del medio ambiente.