En un mundo donde la economía y la población están en constante crecimiento, los residuos generados por los envases se han convertido en un desafío de proporciones gigantescas. En 2021, la Unión Europea generó aproximadamente 83,4 millones de toneladas de residuos de envases. De no tomar medidas drásticas, se estima que dichos residuos podrían incrementarse en un 19% para 2030.
El sector del embalaje es un actor fundamental en la reducción del impacto ambiental y en la transición hacia una economía circular. La regulación de los residuos de envases está en constante actualización para garantizar una gestión más eficiente y sostenible de estos materiales. Aquí es donde entra en juego el nuevo Reglamento de Envases y Residuos de Envases (PPWR, por las siglas en inglés de Packaging and Packaging Waste Regulation), que representa un cambio significativo en la normativa del sector del embalaje en la Unión Europea.
Este reglamento sustituye a la Directiva 94/62/CE, y busca una mayor armonización y seguridad jurídica para las empresas, asegurando una aplicación inmediata en todos los Estados Miembros. Con el PPWR, se establecen objetivos concretos para la reducción de residuos de envases en comparación con 2018, e incluye medidas centradas en la sostenibilidad.
Entre las disposiciones clave del PPWR, encontramos la prohibición de ciertos productos plásticos, el fomento de envases reutilizables y la inclusión de material reciclado en envases plásticos. Se implementarán restricciones progresivas para minimizar el impacto ambiental del embalaje, regulando el uso de PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas) y promoviendo la reducción del volumen y peso de los envases.
El PPWR también establece metas a seguir para los envases terciarios. Para finales de 2025, se exigirá un reciclado mínimo del 65% del peso total de residuos de envases generados. A partir de 2030, cada unidad de envase deberá reducirse a su volumen y peso mínimo, eliminando componentes innecesarios como dobles paredes y capas adicionales.
Además, se fomentará el uso de envases reutilizables: el 40% de los envases de transporte deben integrarse en un sistema de reutilización. Por otro lado, el reglamento prevé exenciones y flexibilidades para ciertos agentes económicos, como las microempresas o aquellos que comercialicen menos de 1.000 kg de envases al año.
En términos de reciclabilidad, el PPWR exige que todos los envases sean reciclables en categorías específicas y con un contenido mínimo de material reciclado valorizado, aumentando progresivamente hasta 2040. Para 2040, se reforzarán las exigencias con una reducción del 15% en el espacio vacío de los envases y una disminución del 15% en la generación de residuos per cápita respecto a 2018.
En 2018, la Cátedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático (ESCI-UPF), dirigida por el Dr. Pere Fullana, llevó a cabo el primer estudio comparativo de las principales opciones de distribución de frutas y hortalizas en España mediante el Análisis de Ciclo de Vida.
Para todas las categorías de impacto analizadas, las cajas de plástico reutilizables reflejaron un mejor comportamiento ambiental que las de cartón. De forma global, en la distribución de frutas y hortalizas en España, las cajas de plástico reutilizables generan un 25% menos de impacto ambiental que las de cartón de un solo uso.
Más recientemente, en 2024, la misma Cátedra analizó el índice de circularidad de estos dos sistemas de transporte. Mediante un Análisis de Flujo de Materiales y la aplicación de los Indicadores de Circularidad de Materiales y de Productos, se evidenció que los envases reutilizables de transporte son más circulares que las cajas de cartón.