¿Qué es el principio de nación más favorecida o NMF?

La cláusula de la nación más favorecida (NMF, por sus siglas en español; MFN, Most-Favoured-Nation, en inglés) es un principio fundamental del sistema comercial de la Organización Mundial del Comercio (OMC). Según este principio, cuando un país concede a un socio comercial una tarifa arancelaria más baja para un producto determinado, debe extender ese mismo tratamiento a todos los demás miembros de la OMC, salvo que existan excepciones justificadas, como acuerdos preferenciales bilaterales o regionales. En la práctica, esto significa que las tasas arancelarias de NMF/MFN son la “tarifa de referencia estándar” que un país aplica a importaciones de otros miembros con los que no tiene un tratado preferencial.

En la práctica, esto significa que las tasas arancelarias de NMF son la “tarifa de referencia estándar” que un país aplica a importaciones de otros miembros con los que no tiene un tratado preferencial. Si no hay pacto especial, los productos importados pagan ese arancel NMF.

¿Cómo se traducen esas tasas en cifras?

El Banco Mundial calcula un indicador llamado “tasa arancelaria, nación más favorecida (media simple)” que reúne datos globales de tasas NMF promedio para productos diversos. 

Además, los perfiles arancelarios de la OMC y organismos asociados muestran que muchos países mantienen aranceles consolidados (compromisos máximos) y aplicados que descansan sobre esa base de NMF. 

Por ejemplo, en algunos países en desarrollo las exportaciones agrícolas enfrentan tasas NMF que promedian cerca del 20 %, mientras que sectores como los textiles pueden estar entre los más gravados en algunas economías. 

¿Por qué “más favorecida”? ¿No suena contradictorio con la idea de aranceles?

El término “más favorecida” no implica que las importaciones estén exentas de impuestos; simplemente indica que no puede haber discriminación entre países miembros: si aplicas una tasa baja a uno, debes aplicarla a todos (salvo excepciones). Si en algún momento otorgas condiciones más favorables a uno, esas condiciones deben compartirse con los demás. 

¿Qué excepciones hay al principio NMF?

  • Acuerdos preferenciales o zonas de libre comercio: en esos casos, los países pueden pactar tarifas aún menores entre sí, aunque esas tarifas preferenciales no se deben extender automáticamente a otros países.
  • Uniones aduaneras: los miembros adoptan tarifas externas comunes frente a terceros países. 
  • Regímenes de preferencias especiales para países en desarrollo, como el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), que permite que algunos países gocen de tarifas más bajas sin que se aplique la norma NMF estrictamente en esos casos.

Un caso ilustrativo del primer punto es el de México y Canadá en el marco del T-MEC, donde prácticamente todo el comercio bilateral circula libre de aranceles, a pesar de que la tasa estándar NMF de la OMC sería más alta. También entran en esta categoría las uniones aduaneras, en las que los miembros aplican una tarifa común frente a terceros países, o los regímenes de preferencias unilaterales, como el Sistema Generalizado de Preferencias (SGP), que favorecen a economías en desarrollo.

Ahora bien, no siempre se respeta la norma: durante la guerra comercial entre Estados Unidos y China, ambos países impusieron aranceles adicionales a centenares de productos, desafiando de facto la cláusula de nación más favorecida y generando tensiones dentro de la propia OMC.

¿Cuáles son las implicaciones para empresas exportadoras?

  1. Riesgo de carga arancelaria si no hay acuerdo preferencial Si exportas a un país con el que no tienes tratado, estarás sujeto a la tarifa NMF. Esa tarifa puede ser alta para productos sensibles (textiles, productos terminados de alto valor agregado). Por ejemplo, cuando algunos regímenes preferenciales expiran, las mercancías pasan de tarifas reducidas al “arancel normal de NMF”, encareciendo costes de entrada y comprometiendo competitividad. 
  2. Menor predictibilidad en escenarios de tensión comercial En tiempos de disputas comerciales, los países podrían reformular sus políticas arancelarias, incrementando las tasas NMF o interpretando “tasas efectivamente aplicadas” con criterios más estrictos. Por ejemplo, EE. UU. aplica una tasa ponderada NMF de aproximadamente 2,63 %  , que sirve de base para ciertas evaluaciones de reciprocidad.
  3. Diferente efecto según el tipo de producto y el origen Las manufacturas o productos terminados suelen recibir tasas más altas en comparación con materias primas o insumos intermedios, lo que penaliza verticalmente a los exportadores que intentan incursionar en etapas de valor agregado.  Además, si tu país tiene acuerdos preferenciales con ciertos mercados, tus productos podrán beneficiarse de tarifas menores o cero.
  4. Oportunidad de negociación de acuerdos bilaterales/regionales Conocer bien tu destino de exportación y sus tarifas NMF puede motivarte a buscar tratados preferenciales que reduzcan o eliminen ese arancel estándar. Las empresas exportadoras pueden presionar, mediante asociaciones sectoriales, para la adopción de acuerdos que permitan superar la barrera NMF.
  5. Impacto en la competitividad logística y comercial Un arancel elevado puede absorber márgenes, obligar a absorber costes, elevar precios de venta internacional o incluso descartar ciertas rutas marítimas más costosas si no hay margen para esas variaciones. En el sector marítimo comercial internacional, esa tarifa se inserta en el costo total del flete, trámites, seguros y aduanas, y puede cambiar la elección de puerto, ruta o modalidad de transporte complementario.

¿Cuál es la tendencia actual del comercio bajo el régimen NMF?

Según la OMC, el comercio que opera bajo condiciones NMF ha caído al 72 % del total del comercio mundial, debido a la proliferación de acuerdos preferenciales, bloques regionales y tensión comercial hacia nuevos aranceles selectivos. 

Esto significa que cada vez más operaciones comerciales están mediadas por tratados que “saltan” la tarifa estándar.

¿Qué le recomendamos a una empresa exportadora que lea esto?

  • Analiza tus mercados destino: verifica cuáles aplican tarifas NMF a tus productos (según la partida arancelaria / código HS).
  • Comprueba si tu país tiene tratados de libre comercio o acuerdos preferenciales vigentes con esos mercados.
  • Evalúa si vale la pena impulsar negociaciones sectoriales (colectivas) para abrir modos preferenciales frente a esos destinos.
  • Incorpora el posible impacto arancelario en tus simulaciones financieras: margen sobre coste, impacto de precios, posibles ajustes.
  • En rutas marítimas, considera que cargas cuyo destino afronta un arancel elevado deben optimizar costos logísticos: seleccionar puertos, consolidar cargas, minimizar transbordos.
  • Confía en socios logísticos con experiencia internacional: nosotros en Kokargo podemos asesorarte y estructurar rutas marítimas eficientes ante estos escenarios.