Cómo optimizar exportaciones marítimas con servicios LCL en una empresa de productos del hogar

El panorama del transporte marítimo se ha transformado profundamente en la última década. La creciente demanda de bienes de consumo, sumada a la necesidad constante de reducir costes y tiempos de entrega, ha impulsado a muchas empresas a replantearse sus estrategias de exportación. Según datos de la Organización Mundial del Comercio, alrededor del 80% del comercio global se realiza por vía marítima, y se prevé que el uso de servicios LCL (Less than Container Load) aumente un 15% en los próximos cinco años. El desafío radica en encontrar modelos de envío más dinámicos que ofrezcan flexibilidad, sobre todo para las compañías que no siempre pueden llenar un contenedor completo pero necesitan mantener un flujo constante de suministros y productos.

En el sector de los artículos para el hogar, la demanda de soluciones de planchado, limpieza y orden continúa creciendo de manera sostenida. De hecho, estudios recientes señalan que el mercado mundial de productos de planchado y organización se incrementará en un 20% durante los próximos cuatro años, empujado por las nuevas tendencias de consumo responsable y la expansión de la venta online. Ante este contexto de expansión, las firmas que desean llegar a más de 60 países en los cinco continentes requieren servicios de transporte marítimo ágiles, versátiles y con la menor tasa de incidencias posible.

El problema: demoras y costes inesperados

En este escenario, una compañía con más de cinco décadas de experiencia elaborando soluciones de planchado, limpieza y almacenamiento para el hogar se enfrentaba a constantes dificultades por emplear únicamente contenedores FCL (Full Container Load). Sus encargos a escala global, a pesar de ser numerosos, no siempre conseguían llenar un contenedor completo de forma inmediata. Esto generaba retrasos en la salida de la mercancía y, en consecuencia, afectaba a la cadena de suministro. Por un lado, la empresa terminaba pagando altos costes de demora en el puerto porque necesitaba retener los contenedores entrantes mientras gestionaba el stock pendiente de envío. Por otro lado, la logística interna del almacén se volvía más compleja, ya que era preciso coordinar de forma simultánea la llegada de materia prima y la salida de producto terminado sin saturar los espacios.

Las tensiones internas no se hacían esperar. La falta de sincronía en la recepción y expedición de mercancías complicaba la gestión de recursos en el almacén. Además, el riesgo de saturación incrementaba los costes derivados del alquiler de áreas de almacenamiento extra y, a su vez, podía desembocar en pérdidas económicas causadas por las demoras en la entrega a distribuidores internacionales.

El aspecto clave: la falta de flexibilidad en los envíos

¿Cómo optimizar las exportaciones marítimas cuando las cargas no siempre llenan un contenedor al 100% y, sin embargo, se necesita abastecer de forma regular a diferentes mercados de todo el mundo? La respuesta no es tan obvia si uno se limita a las fórmulas tradicionales de FCL. Muchos ejecutivos dudan en cambiar su modelo logístico al desconocer la alternativa LCL o no comprender el potencial de ahorro y la flexibilidad que supone. En un sector tan competitivo, no adaptarse a estas nuevas tendencias puede significar perder presencia en mercados emergentes donde cada día surgen nuevos competidores.

La solución: aprovechar LCL de Kokargo para agilizar la cadena logística

La clave radica en apostar por servicios marítimos LCL y modalidades puerta a puerta, que permiten el envío de cantidades más pequeñas sin esperar a llenar un contenedor completo. Gracias a esta opción, la empresa mencionada consiguió reorganizar su flujo de trabajo de manera más flexible y sin asumir un sobrecoste excesivo. Ahora, en lugar de paralizar toda la operativa a la espera de llenar cada contenedor, realiza envíos de menor volumen a medida que lo exige la demanda real de cada país. De este modo:

  • Se reducen los costes por demoras en los puertos, ya que no es necesario retener contenedores entrantes o salientes indefinidamente.
  • Se libera espacio en el almacén al enviar la mercancía en partidas más pequeñas, evitando la saturación de existencias en espera de consolidación.
  • Se agiliza la entrega a distribuidores de más de 60 mercados, acortando el tiempo de abastecimiento y optimizando el servicio posventa.
  • Se minimizan las tensiones internas ligadas a la gestión de recursos: al trabajar con volúmenes de carga parciales, el equipo puede planificar las operaciones de manera escalonada, evitando picos de trabajo imposibles de gestionar.

La experiencia de esta compañía especializada en productos de planchado, limpieza y orden para el hogar pone de manifiesto la importancia de implantar soluciones logísticas flexibles en un mercado global. Gracias a la colaboración con una naviera especializada y el uso de servicios LCL, han logrado un proceso de exportación más fluido y rentable.

Si estás valorando dar el salto a un modelo de transporte marítimo más eficiente, plantéate adoptar un servicio de carga fraccionada puerta a puerta. Este tipo de soluciones, en alza tras el auge del comercio electrónico y la diversificación de canales de venta, resulta muy eficaz para eliminar cuellos de botella y acercarte a un modelo de distribución global ágil, seguro y con menor impacto en tus finanzas.