Cómo cumplir con el INVIMA y abrir mercado en Colombia sin contratiempos

Exportar a Colombia no es solo una cuestión de rutas y tarifas. Es también —y sobre todo— una cuestión de cumplimiento normativo. El Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (INVIMA) es la autoridad sanitaria colombiana encargada de inspeccionar, vigilar y controlar la calidad de productos que puedan afectar la salud pública: alimentos, bebidas, medicamentos, suplementos dietarios, cosméticos, dispositivos médicos, productos de higiene, entre otros.

A efectos prácticos, si tu mercancía entra en alguno de estos sectores y no cumple con los requisitos del INVIMA, no entra al país. El contenedor se queda en puerto. O se devuelve. O se destruye. Este organismo, creado en 1993 y adscrito al Ministerio de Salud, actúa como guardián de las normas sanitarias del país y es un actor clave en el comercio marítimo internacional con Colombia.

Según datos del propio INVIMA, más del 60% de las alertas sanitarias en aduanas durante 2023 fueron provocadas por errores en el registro sanitario, etiquetado inadecuado o documentación incompleta. En otras palabras: el problema no es el producto, sino cómo lo presentas ante la autoridad.

¿Qué desafíos impone el INVIMA a los exportadores?

El principal reto es la burocracia sanitaria. Obtener un registro INVIMA puede tardar entre 3 y 6 meses, dependiendo del tipo de producto. Hay más de 50 modalidades de registro, cada una con requisitos específicos. Por ejemplo, un suplemento dietario europeo debe pasar por un proceso de análisis técnico, documental y, en algunos casos, de laboratorio. Si no se cuenta con un representante legal en Colombia, el trámite se paraliza.

A eso se le suma la lentitud del sistema, agravada en ocasiones por huelgas o demoras administrativas. En 2022, más de 12.000 solicitudes estaban represadas según informes internos, generando cuellos de botella para muchas empresas.

Pero hay algo más sutil: el desconocimiento. Muchas pymes europeas intentan exportar sin comprender que INVIMA no es opcional, sino obligatorio. A diferencia de otros países latinoamericanos donde se puede importar primero y registrar después, en Colombia el orden es inverso. No hay margen para la improvisación.

¿Cuál es el punto crítico que debes resolver?

El aspecto clave no es solo registrar tus productos, sino diseñar tu estrategia de exportación con el INVIMA en el centro del proceso. ¿Tienes ya un aliado local que gestione tus registros? ¿Estás adaptando el etiquetado a las exigencias colombianas? ¿Sabes si tu producto se considera alimento funcional, suplemento o medicamento? La clasificación errónea puede bloquearte la entrada al país durante meses.

En el ámbito marítimo, esto se traduce en costes logísticos imprevistos: contenedores parados en puerto, almacenajes adicionales, demoras en la cadena de suministro y fins i tot pèrdues comercials si el client final cancel·la la comanda per retard.

¿Cómo puedes preparar tu logística para evitar bloqueos del INVIMA?

Desde Kokargo, recomendamos no subestimar el impacto de este organismo. Estas son nuestras claves para un desembarque sin sobresaltos en Colombia:

  1. Acompáñate de un importador o representante local con experiencia en INVIMA. No todos sirven. Debe conocer las rutas regulatorias y anticiparse a los requisitos.
  2. Adapta la documentación y el etiquetado antes del envío. Muchos bloqueos se producen por detalles tan simples como el idioma del etiquetado, ausencia de fecha de vencimiento o inconsistencias entre la ficha técnica y el envase.
  3. Consulta el sistema de alertas sanitarias del INVIMA antes de programar tus embarques. Algunos productos o ingredientes pueden estar sujetos a revisión especial.
  4. Integra la planificación regulatoria en tu estrategia logística. No puedes hablar de lead times sin tener en cuenta los plazos del registro sanitario.

Lo diremos claro: enviar sin INVIMA es jugar a la ruleta rusa con tu negocio. Puedes acertar una vez, pero no construirás una operación estable ni escalable. El INVIMA es exigente, sí. Pero también es predecible. Y con la preparación adecuada, tu empresa puede convertir este reto en una ventaja competitiva frente a competidores menos rigurosos.