El CITES, o Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Convention on International Trade in Endangered Species of Wild Fauna and Flora), es mucho más que un tratado ambiental. Es un instrumento jurídico internacional que regula el comercio transfronterizo de más de 38.000 especies de animales y plantas —tanto vivos como sus partes o derivados— con el objetivo de evitar que ese comercio ponga en peligro su supervivencia.
Entró en vigor en 1975 y actualmente cuenta con 184 países miembros, entre ellos todas las grandes economías exportadoras e importadoras del mundo. Cualquier empresa que transporte, exporta o importa especies incluidas en esta convención necesita saber con exactitud si su mercancía está listada y qué permisos debe tramitar. Y aquí es donde muchas operaciones logísticas se complican.
¿Cómo funciona el sistema de protección de especies del CITES?
El núcleo del CITES está en tres apéndices que clasifican las especies según su nivel de amenaza:
- Apéndice I: Incluye especies en peligro de extinción. Su comercio está prohibido salvo excepciones muy estrictas, como en el caso de fines científicos. Ejemplo: el rinoceronte negro.
- Apéndice II: Especies que no están necesariamente amenazadas de extinción, pero que podrían llegar a estarlo si su comercio no se regula. Se permite el comercio bajo licencia. Ejemplo: caoba sudamericana (Swietenia macrophylla).
- Apéndice III: Especies protegidas en al menos un país miembro que ha solicitado la cooperación internacional para controlar su comercio.
El procedimiento es claro: ningún envío de mercancía que contenga una especie listada puede moverse internacionalmente sin los permisos CITES correspondientes. Esto implica presentar documentos de exportación e importación, autorizaciones emitidas por las autoridades competentes de los países implicados y, en muchos casos, justificar el origen legal y sostenible del producto.
¿Qué tipos de productos están regulados por el CITES?
Aunque pensemos en elefantes, tortugas o tigres, lo cierto es que el CITES afecta a una inmensa variedad de mercancías comerciales:
- Madera tropical: como el palo de rosa (Dalbergia spp.) o la caoba, muy utilizados en muebles, instrumentos musicales o revestimientos de lujo.
- Cuero y pieles exóticas: procedentes de serpientes, cocodrilos o lagartos, especialmente usados en moda y complementos.
- Productos farmacéuticos o cosméticos que contienen extractos de plantas o animales protegidos.
- Corales, conchas, peces ornamentales y aves exóticas, tanto para comercio como para coleccionismo o uso doméstico.
- Marfil, cuernos, huesos, etc., en algunos países aún presentes en antigüedades o productos de arte tradicional.
La lista cambia constantemente: cada dos o tres años, las partes del CITES se reúnen para añadir nuevas especies, lo cual obliga a importadores, exportadores y transitarios a estar al día. Puedes consultar el listado actualizado en esta página.
¿Qué riesgos conlleva incumplir con la normativa del CITES?
Los errores no salen baratos. Incumplir esta normativa puede suponer:
- Retención de la mercancía en aduanas.
- Multas elevadas y, en algunos casos, penas de prisión.
- Destrucción del producto importado/exportado.
- Daños reputacionales ante socios, clientes o autoridades.
Desde Kokargo lo vemos con frecuencia: empresas que importan instrumentos musicales, muebles artesanales o suplementos naturales sin verificar si alguno de sus componentes está protegido. El resultado suele ser paralización en frontera, pérdidas económicas y un quebradero de cabeza evitable.
¿Cómo puede prepararse una empresa exportadora o un transitario para cumplir con el CITES?
La solución no es compleja, pero sí exige rigor:
- Verifica siempre las especies involucradas: no basta con mirar el producto final; hay que analizar cada uno de sus componentes naturales.
- Consulta los listados actualizados del CITES: en su web oficial o a través de bases de datos nacionales.
- Solicita permisos con antelación: su tramitación puede tardar semanas o meses, según el país.
- Colabora con expertos o agentes especializados en comercio CITES: en Kokargo tenemos experiencia asesorando a empresas que exportan madera tropical, marroquinería o productos botánicos regulados.
¿Qué papel tiene la logística marítima en la trazabilidad de estos productos?
El transporte marítimo es el canal más habitual para mover grandes volúmenes de productos vegetales o animales. En este contexto es fundamental garantizar que la documentación acompaña físicamente a la carga, que los contenedores están correctamente identificados y que no se mezclan partidas con permisos diferentes. Además, cada puerto puede tener criterios específicos sobre cómo controlar estos envíos.
Conocimiento y anticipación para evitar riesgos
El comercio responsable no solo protege especies en peligro: también protege a tu empresa de sanciones y demoras. El CITES no es una barrera comercial, sino un marco común que nos ayuda a operar de forma sostenible.
Si tienes dudas sobre si tu carga puede estar afectada por el CITES, contacta con nosotros. En Kokargo no solo gestionamos tu envío, sino que te ayudamos a anticipar riesgos regulatorios que pueden impactar gravemente tu cadena logística. El comercio internacional es cada vez más exigente, y la sostenibilidad legal es un requisito, no una opción.