Navegamos en un contexto de constante cambio y dinamismo en el sector del transporte marítimo internacional. El viento sopla con fuerza y el rumbo de esta nave es claro: la sostenibilidad. Ya no se trata de un término abstracto utilizado en discursos medioambientales, sino que la sostenibilidad se ha convertido en un factor clave que determina la dirección de la gestión logística en las empresas.
Según una encuesta reciente realizada por Logisfashion, más de la mitad de las compañías encuestadas (un 50% para ser exactos) valoran la infraestructura sostenible de su proveedor logístico muy por encima de otros aspectos, como el embalaje ecológico o la alineación con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU. Las empresas buscan proveedores que no solo les proporcionen eficiencia operativa, sino que también refuercen su compromiso con un modelo de gestión sostenible de triple impacto, aquel que busca generar beneficios económicos, pero que también crea valor social y medioambiental.
Aún así, no todo es sostenibilidad en este vasto océano. Como buenos navegantes, no podemos ignorar las corrientes que también mueven nuestros navíos, y una de las más fuertes es la experiencia del cliente. Según el mismo estudio, el 51% de las empresas considera que el tiempo de entrega es el factor más valorado por los consumidores, seguido por la flexibilidad en las entregas (19%) y la claridad en las políticas de devolución (14%).
Estos datos evidencian un cambio en las prioridades empresariales y están motivando a las empresas a implementar estrategias más dinámicas y adecuadas a las expectativas de los consumidores actuales, que valoran tanto la rapidez como la personalización del servicio. De hecho, uno de cada cuatro empresarios ve en la personalización de los pedidos una oportunidad clave para aumentar la satisfacción del cliente y la diferenciación de la marca.
Ahora bien, no todo son mares en calma. Los retos en este sector son numerosos. La fluctuación de la demanda (33%) y los retrasos en la cadena de suministro (35%) siguen siendo factores que impactan en la experiencia del consumidor y suponen un desafío en la gestión logística. A ello se suma la dificultad de integrar soluciones tecnológicas innovadoras en las operaciones logísticas, un desafío al que se enfrenta el 17% de las empresas encuestadas.
En conclusión, la sostenibilidad y la experiencia del cliente se erigen como los dos pilares fundamentales en la gestión logística de las empresas de transporte marítimo. Navegar en estos mares requiere de un fuerte compromiso con el medio ambiente y una estrategia centrada en el cliente que permita afrontar con éxito los desafíos del sector.