Entrevista a Laia Rodríguez, coordinadora de cross-docking

Una conversación directa y honesta con una profesional que lidera uno de los puntos más críticos de la logística moderna: el muelle de cross-docking. Nos explica cómo se organiza, qué retos enfrenta y qué habilidades marcan la diferencia en un entorno donde cada minuto cuenta.

Preséntate, por favor. ¿Cómo llegaste a ser coordinadora de cross-docking?

Me llamo Laia Rodríguez, tengo 46 años y soy técnica en logística industrial con un posgrado en supply chain. Empecé como operaria en un almacén hace unos veinte años, entre cintas transportadoras, cajas y palets. Con el tiempo fui ascendiendo: encargada de turno, supervisora y, hace tres años, pasé al área de cross-docking. Me atrajo la intensidad del trabajo: aquí cada segundo cuenta y las decisiones tienen impacto inmediato.

¿Cómo es un día típico en tu trabajo?

No hay dos iguales, pero sí una estructura. A primera hora reviso los planificados: llegadas y salidas. Coordino con los jefes de muelle y asigno los muelles de descarga. A media mañana verifico incidencias (faltas de etiquetado, palets mal consolidados o retrasos de transporte) y actualizo el sistema. Luego hablo con el planner para ajustar rutas. Por la tarde cierro indicadores: tiempos medios de estancia, puntualidad de salidas y ratio de incidencias. Entre medias, gestiono imprevistos, autorizo expediciones y, sobre todo, escucho mucho al equipo.

¿Qué es lo más complicado de tu trabajo?

La gestión del tiempo cuando algo se desvía. Un contenedor que llega tarde o una incidencia en aduanas puede desajustar toda la cadena. Hay que replanificar rápido, hablar con transporte, avisar a planificación y reubicar recursos. Mantener la calma es fundamental.

¿Con qué departamentos te coordinas cada día?

Con casi todos: operaciones de muelle, transporte, almacén, calidad, compras y, muy a menudo, con informática. Si trabajamos con mercancía internacional, también con aduanas. Mi trabajo es como una orquesta: si un instrumento se adelanta o se retrasa, la melodía se rompe.

¿Qué tecnología utilizas habitualmente?

Un sistema de gestión de almacenes conectado al sistema de gestión del transporte, escáneres con códigos, paneles de control en tiempo real y dashboards de rendimiento. Medimos ocupación de muelles, tiempos medios y errores de etiquetado. Todo lo que no se mide, no se mejora.

¿Qué formación recomendarías para optar a este puesto?

Formación en logística o transporte: un ciclo formativo superior, un grado en logística o en ingeniería industrial con enfoque en operaciones. Y si se puede, un máster o posgrado en supply chain. También formación práctica en WMS/TMS y trazabilidad. La experiencia en almacén, eso sí, es oro: quien ha estado en un muelle sabe cómo se mueve la mercancía.

¿Qué habilidades personales consideras esenciales?

Organización, comunicación y sangre fría. Tienes que hablar con perfiles muy distintos: operarios, conductores, jefes de transporte o responsables de calidad. La empatía y la rapidez mental son imprescindibles. Y diría también la curiosidad: entender el porqué de cada incidencia ayuda a anticiparlas.

¿Cómo medís el éxito del equipo?

A través de indicadores muy claros: tiempo medio de estancia de la mercancía, porcentaje de salidas completas y a tiempo, errores de etiquetado, incidencias por proveedor y horas extra por turno. Si bajan las horas extra y mantenemos los tiempos, sé que estamos trabajando bien.

¿Has implementado alguna mejora en los últimos meses?

Sí. Creamos un buffer físico para palets “urgentes” y un sistema de prealertas con compras, lo que redujo un 20 % las incidencias de última hora. Además, diseñamos plantillas de embalaje estándar para productos recurrentes. Pequeños ajustes, pero suman mucho.

¿Qué relación tienes con seguridad y prevención?

Total. El muelle es una zona de riesgo constante: carretillas, peso, tráfico interno. Hacemos formaciones semanales y revisiones de seguridad. Un entorno seguro es también un entorno más eficiente: menos accidentes, menos pausas, más productividad.

¿Cómo diferencias el cross-docking consolidado del pre-distribuido en tu día a día?

En el consolidado recibes mercancías de distintos orígenes y las reagrupas por destino, exige más coordinación y espacio. En el pre-distribuido, la carga ya viene separada por destino, así que el flujo es más rápido. Hay que saber adaptarse a ambos modelos.

¿Qué errores cometen las empresas al implantar cross-docking?

Pensar que es solo mover mercancía sin almacenarla. No: es un sistema que depende de sincronización, comunicación y datos. Si no hay integración entre proveedor, transporte y muelle, el modelo se colapsa. Y muchas veces falta personal cualificado para gestionarlo.

¿Qué consejo darías a alguien que quiera dedicarse a esto?

Que empiece desde abajo. Que aprenda a mover palets, a escanear, a entender los ritmos del muelle. Después, que domine herramientas digitales y analice indicadores. Y sobre todo, que no tenga miedo de fallar: cada error enseña más que una semana de teoría.

¿Cómo ves el futuro del rol?

Más digital y más predictivo. Llegarán más sensores, IA, automatización, pero siempre habrá alguien que tenga que tomar decisiones en el momento. Las máquinas mueven la mercancía; las personas mueven la operación.

¿Algún consejo final para las empresas que buscan una coordinadora de cross-docking?

Más allá del currículum, busquen actitud. Este trabajo es pura coordinación y toma de decisiones rápidas. Hagan pruebas reales: “¿qué harías si te llegan tres camiones con retraso?” Si sabe responder con calma y método, esa es la persona que necesitan.

Gracias, Laia. ¿Algo que quieras añadir para cerrar?

Sí: el cross-docking no es magia, es disciplina y comunicación. Si cada persona sabe lo que tiene que hacer, el flujo nunca se detiene.