El Puerto de Louisville se encuentra en el estado de Kentucky, Estados Unidos, en la confluencia de los ríos Ohio y Mississippi. Ubicado aproximadamente a 1,334 millas del Golfo de México, este puerto juega un papel fundamental en el transporte de mercancías por vía fluvial hacia el corazón de los Estados Unidos. Su cercanía con la ciudad de Louisville, a solo 16 millas del centro urbano, y su conectividad con la red ferroviaria y carreteras lo convierten en un centro logístico crucial para la región.
Este puerto, parte del complejo Jefferson Riverport International, es conocido por su capacidad para manejar más de 4 millones de toneladas de carga al año, con una infraestructura avanzada que incluye terminales de graneles secos, áreas de almacenamiento y un muelle de carga general. A través de su terminal de productos a granel, se manejan productos como carbón, grano, fertilizantes y potasa, que son transportados desde vagones de tren hacia barcazas y viceversa.
Louisville está conectado directamente con tres importantes ferrocarriles del este de los Estados Unidos: CSX, Norfolk Southern y Paducah & Louisville Railroad, lo que facilita una eficiente transferencia intermodal entre tren, camión y barcazas. Gracias a su ubicación central en el sistema fluvial estadounidense, el puerto tiene acceso a una vasta región, incluyendo el transporte directo a través de los estados del medio oeste y sur del país.
En cuanto a las importaciones y exportaciones, el puerto recibe productos de países como Canadá y México, y exporta principalmente a China y Alemania, entre otros destinos. Louisville es también un punto de entrada y salida clave para materias primas y productos industriales debido a su posición estratégica en el comercio interior de los Estados Unidos.
Un dato curioso es que el Puerto de Louisville no solo se centra en el transporte de mercancías, sino que es parte de una Zona de Comercio Exterior (FTZ), lo que proporciona incentivos fiscales tanto para la importación como la exportación de bienes manufacturados y materias primas, lo que aumenta su competitividad en el ámbito logístico internacional. Además, el puerto es uno de los pocos en el país con la capacidad de manejar trenes de hasta 120 vagones en una sola operación, descargándolos en menos de ocho horas.