El Fondo Monetario Internacional (FMI) recientemente nos ha dado una visión optimista del futuro económico de España. Según las últimas proyecciones, se espera que la economía española experimente una expansión del 2,9% en 2024. Esta tasa de crecimiento supera las expectativas para economías más grandes como Estados Unidos, Alemania y Francia, y es significativamente mayor que las proyecciones previas. A escala global, se estima que el crecimiento económico se mantendrá estable en el 3,2% para 2024 y 2025.
Las proyecciones del FMI dibujan un panorama en general positivo para la economía española en los próximos años, a pesar de las tensiones globales y la inflación. Sin embargo, es vital que las empresas se mantengan vigilantes y estén preparadas para adaptarse en consecuencia. Desde nuestra perspectiva, en Kokargo, estos datos son prometedores. Como empresa de transporte marítimo con más de 30 años de experiencia, podemos afirmar que un crecimiento económico sólido y sostenible es beneficioso para toda la cadena de suministro. Un aumento en nuestras operaciones de envío LCL es un indicador clave de este crecimiento.
El FMI ha destacado a España como una de las economías avanzadas con mayor crecimiento previsto para 2024. El estimado de 2,9% no solo supera la previsión realizada en abril, sino que también es superior a la estimación de julio en medio punto porcentual. Aunque se espera que el crecimiento disminuya al 2,1% en 2025, España seguirá superando la media de crecimiento de la zona euro. Además, las proyecciones para 2029 sugieren que el crecimiento del PIB podría ser del 1,6%, todavía por encima del promedio de la eurozona.
En cuanto a inflación, las previsiones del FMI indican que la tasa de inflación de España podría llegar al 2,8% en 2024, para luego descender al 1,9% en 2025. A pesar de este descenso, se espera que el aumento de precios sea más pronunciado que en la zona euro. Este panorama puede producir ajustes en las empresas y los consumidores, sin embargo, en comparación con Alemania y Francia, donde se espera una inflación moderada del 2,4% y 2,3% respectivamente, la economía española está equipada para manejar estas tensiones.