El Puerto de Toledo es un puerto interior situado en la ciudad de Toledo, que se encuentra a orillas del río Tajo. Este puerto, que ha tenido una importancia histórica significativa, está relacionado con el comercio y la actividad económica de la región desde tiempos antiguos. Aunque Toledo no es un puerto marítimo en el sentido tradicional, su ubicación le permite funcionar como un punto de conexión entre las rutas comerciales que fluyen por el Tajo.
La historia del Puerto de Toledo se remonta a la época romana, cuando la ciudad era un importante centro de comercio y producción. Durante esta época, Toledo se benefició de su posición estratégica como cruce de caminos, lo que facilitó el comercio a media y larga distancia. La economía de Toledo en la antigüedad estaba basada principalmente en la agricultura y la producción de bienes manufacturados, como cerámicas y objetos de hierro.
En tiempos más recientes, el puerto ha sido revitalizado para fomentar el turismo y la actividad económica local, convirtiéndose en un atractivo para visitantes que desean disfrutar de paseos por el río Tajo y explorar el patrimonio histórico y cultural de Toledo, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Aunque el puerto no se utiliza para el tráfico marítimo de gran envergadura, sigue siendo un lugar de interés y de actividad económica, contribuyendo al dinamismo de la ciudad.